Muy pocas veces notamos el gran papel que juegan determinadas personas, que quizás para nosotros son extraños, en nuestras vidas. Hoy decidí entrevistar a uno de ellos. El entrevistado se llama César Adalberto Brunetti, tiene 77 años de edad, y es un médico jubilado, solo hace 5 años.
-¿Que fue lo que te llevo a estudiar medicina?
-En mi época no había muchas opciones; tampoco la familia se mostraba muy flexible, sino se optaba por derecho, ingeniería o medicina; por supuesto que había otras carreras, pero para la familia, eran como opciones de ante mano tachadas. Igual a mí eso no me interesaba, jamás hubiese elegido una carrera por obligación; yo desde chico sentí devoción por ayudar a otra persona, y siempre encontré a la medicina fascinante; así que la decisión esta más que clara.
-¿A que especialidad te dedicaste? ¿Por qué?
-Demás esta decir que hasta que no estuve en los últimos años, no pensé en la especialidad para nada; es una carrera que demanda mucho tiempo; por eso mismo, sino hubiese sido por devoción, jamás la hubiera hecho. En el momento de elegir la especialidad puse en juego muchos factores, creo que al final decidí lo correcto, o para lo que me sentía mas apto, elegí la rama de la ginecología por dos razones. Primero siempre me intereso el tema de la reproducción y la gestación, es algo que hallo fascinante, y segundo siempre digo que lo hice en forma de agradecimiento a mi madre; porque ella murió, cuando me estaba dando a luz.
-¿Desempeñaste otras labores durante tu carrera?
-Sí, luego de un tiempo de ejercer, comencé a trabajar algunas horas como profesor en la facultad; como dije antes el ayudar al prójimo es algo que me atrajo siempre, y la docencia es una disciplina fundamental en la sociedad, ante la posibilidad de ejercerla, mi respuesta fue casi obvia.
-¿Tuviste problemas graves en algún momento de tu carrera que te hayan echo considerar dejarla?
-Sí tuve, cuando trabajaba en la facultad, junto a mi esposa y otros amigos, pero jamás se me ocurrió dejarla.
-¿Qué problemas tuviste?
- Fue en la época del proceso militar, a mi y a mi mujer nos “acusaron” de comunistas (explicito las comillas porque el entrevistado lo pide, aludiendo a que es imposible acusar a alguien por una inclinación ideológica). En ese momento la pase realmente mal, nos hicieron dejar el cargo en la facultad, y tuve mucho miedo, muchos pibes estaban desapareciendo, yo tengo 2 hijas, imaginate que no podía jugar al llanero solitario, agache la cabeza dije esta bien y me fui, después nunca mas volví, una lastima, a lo mejor hubiese podido llegar a decano. Pero bueno, hay ciertas cosas que es mejor no desafiar.
-Durante esos años ¿consideraste en dejar la medicina, o exiliarte?
-No, exiliarme jamás, no soy de esa clase de gente que porque en su país la esta pasando mal, se va a un país del primer mundo a limpiar inodoros, yo tengo mis códigos. Y con respecto a dejar la medicina, no tampoco, ya te dije, es una devoción, esas cosas nunca se dejan. En un momento de mucha presión lo pensé, pero uno bajo presión piensa cualquier cosa.
-Con respecto a tu trabajo, ¿Por qué ante la posibilidad de jubilarte a los 60 años, no lo hiciste?
-Creo que mis afirmaciones de las respuestas anteriores lo confirman, cuando uno siente devoción no le importa nada. Un día estaba en mi consultorio, y llega un joven (mas chico que mis hijas), a explicarme que por mi labor ejercida tanto en la medicina como en la docencia, tenia la posibilidad de jubilarme tempranamente; cuando termino su discurso, me pare, lo mire y le dije “pibe andate que tengo una paciente en camino”. Nunca mas mandaron al mismo; igual a todos les dije lo mismo. Yo ni loco quería dejar la medicina, para mi es mi vida, uno cuando no tiene vida, esta muerto.
-¿Tampoco la dejaste a los 65 no?
-No no, para nada, y eso que de la municipalidad se pusieron mas insistentes; pero yo seguía firme en mi decisión, la cabeza y el cuerpo todavía me respondían bien, aparte, uno cuando trabaja de esto, se hace conocido, la gente lo reconoce, y van con mas determinación a su consultorio, y eso es algo impagable, que no quería dejar de hacer.
-¿Qué fue lo que finalmente te hizo dejar de ejercer la medicina?
-Cuando cumplí 72 años; empecé a experimentar una especie de artrosis, sobre todo en las manos, y tuve un terrible caso de cataratas; para mi fue una de las peores épocas de mi vida; me sentía como a un paso de la muerte, no por la salud, porque de hecho ahora estoy peor, (risas), pero me estaban arrebatando a la fuerza mi carrera, todo por lo que había luchado, fue difícil, pero tuve que hacerlo, no podía poner en peligro tampoco la vida de mis pacientes por mi testarudez. Y así fue, a 3 meses de cumplir 73 años, deje oficialmente de ejercer la medicina, y pase a la larga nomina de jubilados.
-¿Luego de eso, seguiste dedicándote a alguna actividad?
- Realmente no, o sea, seguí estudiando, empecé a estudiar ingles (un idioma interesantísimo), empecé a concurrir a reuniones de un centro culturar italiano, a una cuadra de mi casa. Como ves, entre mi vejez, y mi tan poca abultada pensión, me sentía muy limitado, y no podía hacer mucho. Hasta que uno de mis nietos me presento
Hoy en día, César Adalberto tiene 77 años, realiza estudios avanzados de ingles, y se sigue informando acerca de la medicina; colabora con sus colegas desde su casa vía Internet, y decenas de jóvenes médicos los siguen consultando por problemáticas en la rama de la ginecología; claramente una persona que dio todo por su profesión; para ayudar a otras y que siempre lucho por mantenerse útil hacia los demás; un claro ejemplo de vida.
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