Todos sabemos como es la vida del estudiante. Vivís a fideos, llegas siempre a tu casa con hambre y sin ganas de cocinar, y lo peor, cada vez que se te quema algo, tenés que estar tres horas con la virulana en mano, lavando todo tu desastre.
Tenés todo el derecho de comer comida de “mamá” aunque sea una vez al mes. Sí, lo tenés. Tus compañeros comen todos los días comida de hogar, por el solo hecho de vivir con su familia, ¿Por qué vos no lo vas a poder hacer? ¿Por qué después no sabes con que pagar las fotocopias de Durkheim? Exactamente. Por eso, acá te dejo un par de tips para que de vez en cuando te puedas dar el gusto.
Elementos necesarios:
. Hambre. (te recomiendo no comer por unas ocho horas aproximadamente)
. Todo el coraje que puedas conseguir.
. Dos cómplices dispuestos al delito.
. Un celular.
. Ropa bonita y/o decente.
. Un maletín.
. Una pizca de conocimientos sobre el arte del teatro.
. Un restaurant elegante, al que nunca vayas a volver.
NO se te ocurra llevar:
. Vergüenza
.Culpa
.Moral
. Conceptos básicos o preconceptos sobre la sociedad consumista. Ni pienses ponerte a reflexionar, justo ahora, sobre los roles que cada uno tiene en esta sociedad capitalista.
Pasos:
El primer paso comienza en tu casa. Date un buen baño y vestite con profundo esmero. El propósito de esto es que tu apariencia no demuestre lo que pensas hacer. Por feo que parezca, afrontémoslo, la gente tiene prejuicios. Si apareces a un restaurant distinguido hecho una piltrafa, el 99% de los comensales va a deducir tus intenciones.
El segundo paso consiste en comunicarte con tus dos cómplices. Uno de ellos te va a acompañar durante la cena. Él tiene que acarrear el maletín y llegar por sus propios medios al restaurant. Es menester que la gente los vea llegar por separado, ya que, si las cosas no resultan, el que quedará tildado de delincuente será tu cómplice. Al segundo secuaz solo debe dejársele en claro que tiene que llamar al restaurant en el momento indicado y decir lo que especificaremos luego. El llamado será requerido mediante un mensaje de texto que diga “llenos” o alguna palabra clave.
El paso siguiente es, obviamente, dirigirte al lugar donde se cometerá el delictivo, pero delicioso, hecho. Es importante que llegues antes que tu coautor, pidas una mesa para dos, y te instales cómodamente. Tu compañero llegará 15 minutos después, y antes de ingresar esconderá el maletín en la calle, en un radio de 5 metros del restaurant, preferentemente en un conteiner de basura. Posteriormente se le deben informar las coordenadas de la ubicación del maletín al cómplice nº 2. Vos y tu acompañante simularan tener una reunión de trabajo. Te recomiendo que cuando el mozo se acerque mencionen palabras como: "contrato", "currículum", "proyecto" y "secretaria", y así nadie sospechará nada malo de su seriedad.
El cuarto paso es el mejor. Llama al mozo, pedile la carta, elijan el menú, espérenlo, y disfrútenlo. (Repetir para el postre).
Una vez saciado el hambre comienza el verdadero plan. Mandale el mensaje al cómplice nº 2. Lo que este debe hacer es llamar al restaurant y, con una voz que connote locura, concretar una amenaza de bomba. Tu compañero tiene que obligar al gerente o al empleado que haya atendido el teléfono, a dirigirse al lugar donde se halle el maletín, solo para mostrárselo. Una vez que este lo vea, se le advertirá que la valija no debe ser tocada o, de lo contrario, explotará. Ante cualquier pregunta o amenaza del trabajador, responder con más amenazas o con frases incoherentes. Por último, pedirle que vacie el restaurant, o la bomba será detonada. Si el empleado reclama razones, tu cómplice puede decir “la gente molesta a mis palomas” o cualquier otra frase que implique desequilibrio mental. El propósito es “psicopatear “al empleado hasta que este les informe a los comensales la existencia de la supuesta bomba.
En el sexto paso se concretará una vez que la gente se haya enterado de la bomba. Solo hay que dejar que prolifere el pánico. Una vez que esto suceda, aprovechar el tumulto para deslizarse hasta afuera del restaurant, pasar desapercibidos, y caminar en sentido contrario al escondite del maletín. Doblar en la primer esquina, entrar a un bar, tomar un taxi, o simplemente seguir caminando, según lo que nuestra billetera nos ofrezca.
Y así es, podemos llegar a disfrutar de una comida más que espectacular por solo un par de palpitaciones. Ahora recordemos, esta práctica sigue siendo ilegal, no es conveniente que se haga habitual.
Cómo irse de un restaurant sin pagar.
Publicadas por María Carabajal a la/s 10:23 p. m. Etiquetas: COMO SE HACE
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario