Nuevamente la luz iluminaba su cara , nuevamente se escendía y abría paso a una nueva noche de insomio que sería difícil de de superar. Hacía ya mas de un mes que la misma locura se apropiaba de su cuerpo. Esa luz tan indiferente, ese simple velador que formaba parte de una decoración medieval tan intrigante.
Nuevamente me dignaba a observar el comportamiento de ese loco. Mi meta no estaba fijada, lo que haría sería observar, como era mi costumbre. No se si sería parte de una nueva inspección, investigación, o de un nuevo caso que necesitaba resolver, pero el comportamiento de ese personaje era tan extraño.
Tomé mi píldora sagrada , la filmadora, con la que grababa todas las acciones nocturnas y el telescopio que me permitía apreciar sus movimientos, gestos, con suma presición. Comenzaba mi rutina de todos los días, me disPonía a instalarme en el balcón para empezar a observar la función que estaba por empezar.
Él se demostraba tranquilo, ido, fuera de sí, ya acostado en su casa, decidido a descansar a pesar de saber que la noche que le esperaba sería larga y complicada. La misma escena se repetía una y otra vez, cada noche. Era constante, ¿se trataba de un juego, era la paranoía misma, o tan solo el placer de observar algo interesante, fantasgórico, o era su locura la que lo invadía en su plácido descanso.?
Y así, lentamente iba aumentando su agonía, la cual para mi era una aventura mas, esa rutina de siempre. El velador se escendía, su silueta se resflejaba en la ventana y allí comenzaba a caminar por las distintas habitaciones, a recorrer esos interminables pasillos del piso 6 del dpto. En la cocina, se distinguía el reloj, siempre la misma hora, el mismo lugar, en el mismo instante todos los días, era algo inexplicable; pero sucedía. Tan solo un pequeño instante que culminaba cuando recobraba el sueño, tomaba unas píldoras, y se conciliaba con el deseo y las ganas de dormir..
Era algo ilógico, algo irreal, poducto de la psicósis de este extraño personaje, era algo incierto, pero siempre sucedía lo mismo, como si la misma película se revobinara y volviera a repetirse, volviera a revivir la escena cientas de veces.
Pero esa noche, sería especial, algo ocurriría, el jóven, ese día no respondió a mis deseos, a pesar de que el hecho ya había ocurrido, impidió que volviese a suceder. Mi bronca y descontento me mostraron furioso, él tan solo con una pastilla tranquilizante, había logrado tener un descanso placentero , algo que yo en años no pude concebir. Mientras necesitaba de su desesperación , su locura, él descansaba de sus horarios del laburo, de su tan agotador día laboral. Y yo tan solo allí, sin saber que hacer, sin saber a quien observar, tan lleno de impotencia, furia, tiré esas píldoras viciosas, las únicas culpables de mi paranoía.
Desde ese preciso momento, no logro conciliar el sueño, mi tan sagrado descanso; sino que al contrario, me despierto cada madrugada, con esa luz que me encandila los ojos, recorro desesperado mi departamento, miro el reloj del living y en él , siempre la misma hora, siempre el mismo momento, en el reloj del microondas, siempre la misma hora, siempre el mismo momento, siempre el mismo lugar.
Y pienso tan solo en esas píldoras viciosas que no me dejan en paz, tendré que cambiarlas por una dosis mas.
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